Mi verano en el extranjero por Jennifer Miller

Como atleta universitario, ingresé a la escuela con la impresión de que nunca tendría la oportunidad de estudiar en el extranjero. Durante el verano de 2013, estaba equivocado.

A principios de junio, me uní a un equipo de otros cuatro pasantes en Telaeris, todos los cuales tenían alguna inclinación técnica: ingenieros, informáticos, entienden la esencia. Como vendedor, yo era verdaderamente un extranjero. No era dueño de una PC, no entendía sus chistes y ni siquiera hablaba su idioma. CSS? HTML? Hablo Ctrl + Alt + Del en el mejor. Pero al igual que cualquier otro estudiante en el extranjero, tuve que sumergirme en la cultura para sobrevivir.

Intenté trabajar con el código, fallé y luego volví a intentarlo hasta que pude poner contenido en un sitio web. Intenté editar con Photoshop, me reí y volví a editar hasta que pude compilar una imagen digna de ser impresa.

En agosto, yo era prácticamente una nueva persona. Me había sumergido en la cultura tecnológica. Me volví más completo en mi conocimiento de lo que pasa en un producto y vi todo el trabajo detrás de escena que mantiene un proyecto en funcionamiento. Y soy un mejor vendedor para ello.

Sin embargo, nunca probé las patas de pollo en el pequeño lugar de Dim Sum de la calle. Eso fue simplemente demasiado para mí.